viernes, 19 de diciembre de 2008

Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen - Carta a mis hermanos Católicos

Mateo 13:14-16 “"Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán.
Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible;
se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos.
De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos,
entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría."
Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen.”

Queridos hermanos, ¡alégrense! Alégrense porque el Dios todopoderoso ha llevado esta carta hasta sus manos. Oremos al Señor, que ablande y prepare nuestros corazones, para que a través de su palabra, nos revele toda la verdad y su voluntad para nosotros.

Juan 1:1-5, 14 “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron... Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre.”

Mateo 4:4 “[Jesús] Escrito está: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."”

2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.”

Hebreos 4:12 “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.”

Isaías 55:10-11 “"Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos."”

Amós 8:11 “Vienen días —afirma el Señor omnipotente—, en que enviaré hambre al país; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del Señor.”

Salmo 42:1-2 “Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?”

Jeremías 29:12-13 “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”

Salmo 119:10-16 “Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti. Bendito tú, oh SEÑOR; enséñame tus estatutos. He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas. Meditaré en tus preceptos, y consideraré tus caminos. Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.”

Tengo esperanza de que el Señor llevará esta carta a todos aquellos que se han conformado en su búsqueda por Él, en su búsqueda por la verdad, y que han caído presos, siendo agobiados y ahogados por las cosas del mundo, para que Él mismo se glorifique en su liberación.

Juan 8:31-32 “[Jesús] Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

2 Corintios 3:17 “Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”

Les ruego, queridos hermanos, que ustedes mismos saquen sus Biblias, y que a través y al final de esta lectura, ustedes mismos lean, mediten y pidan a Dios que Él mismo sea el que los toque y revele la verdad en sus corazones; siendo que Él sólo es el que escoge y abre los ojos a los hombres, en su infinita gracia. Asimismo, yo ruego al Señor que me guíe en la escritura (más bien en el arreglo) de esta carta, para que su palabra y su Espíritu sean los que lleguen hasta ustedes, y no mis propias intenciones ni palabrerío mío.

Juan 6:65 “[Jesús] Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre.”

1 Tesalonicenses 1:5, 2:13 “Porque nuestro evangelio les llegó no sólo con palabras sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción... Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos, la aceptaron no como palabra humana sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes.”

2 Corintios 4:1-4 “Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos. Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios. Pero si nuestro evangelio está encubierto, lo está para los que se pierden. El dios de este mundo (Satanás) ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”

También pidamos que, yo al escribir y ustedes al leer, cambiemos de acuerdo a su voluntad, siendo edificados y transformados por su palabra, para no ser los mismos que fuimos al comenzar esta carta.

Romanos 12:2 “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”

1 Juan 2:16-17 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

Miremos a nuestro alrededor.

Sofonías 3:1-4 “¡Ay de la ciudad opresora, rebelde y contaminada! No atiende a consejos, ni acepta corrección. No confía en el Señor, ni se acerca a su Dios. Las autoridades que están en ella son leones rugientes, sus gobernantes son lobos nocturnos que no dejan nada para la mañana. Sus profetas son impertinentes, hombres traicioneros. Sus sacerdotes profanan las cosas santas y violentan la ley.”

Amós 2:4 “Así dice el Señor: Los delitos de Judá han llegado a su colmo; por tanto, no revocaré su castigo: Porque, dejándose descarriar por sus mentiras, tras las cuales anduvieron sus antepasados, rechazaron la ley del Señor y no obedecieron sus preceptos.”

Daniel 9:13-14, 18-19 “Señor y Dios, todo este desastre ha venido sobre nosotros, tal y como está escrito en la ley de Moisés, y ni aun así hemos buscado tu favor. No nos hemos apartado de nuestros pecados ni hemos procurado entender tu verdad. Tú, Señor y Dios nuestro, dispusiste esta calamidad y la has dejado caer sobre nosotros, porque eres justo en todos tus actos. ¡A pesar de todo, no te hemos obedecido!.. Préstanos oído, Dios nuestro; abre los ojos y mira nuestra desolación y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. Al hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud sino a tu gran misericordia. ¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no tardes más; ¡tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!”

Nuestro Dios es el mismo que liberó a su gente de Egipto, los guió y soportó en el desierto, y después les entregó la tierra que les prometió al cruzar el Jordán. Nuestro Dios nos ha liberado, dándonos conocimiento de Cristo Jesús, pero ¿por qué, hermanos, seguimos dando vueltas en el desierto? Crucemos hacia la tierra que Él nos ha prometido. Estudiemos pues, que pasó en el desierto, para así entender nuestra situación.

Romanos 15:4 “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”

Al salir de Egipto, Dios reveló a Moisés sus mandamientos:

Éxodo 20:1-6 “Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.”

¿Y qué fue lo primero que hicieron? En Éxodo 32, se hacen un ídolo y lo adoran, provocando la ira de Dios, quien los castiga fuertemente. En toda la Biblia vemos constantes advertencias sobre la idolatría.

Deuteronomio 4:15-18, 24 “[Moisés] El día que el Señor les habló en Horeb, en medio del fuego, ustedes no vieron ninguna figura. Por lo tanto, tengan mucho cuidado de no corromperse haciendo ídolos o figuras que tengan alguna forma o imagen de hombre o de mujer, o imágenes de animales terrestres... Porque el Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso.”

1 Corintios 8:5-7 “Pues aunque haya los así llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra (y por cierto que hay muchos «dioses» y muchos «señores»), para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. Pero no todos tienen conocimiento de esto. Algunos siguen tan acostumbrados a los ídolos…”

Deuteronomio 13:1-5 “Cuando en medio de ti aparezca algún profeta o visionario, y anuncie algún prodigio o señal milagrosa, si esa señal o prodigio se cumple y él te dice: "Vayamos a rendir culto a otros dioses", dioses que no has conocido, no prestes atención a las palabras de ese profeta o visionario. El Señor tu Dios te estará probando para saber si lo amas con todo el corazón y con toda el alma. Solamente al Señor tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y permanece fiel a él. Condenarás a muerte a ese profeta o visionario por haberte aconsejado rebelarte contra el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto y te rescató de la tierra de esclavitud...”

Zacarías 10:2 “Los ídolos hablan con engaño, los adivinos tienen sueños falsos; hablan de visiones engañosas y consuelan con fantasías. ¡Y el pueblo vaga como rebaño agobiado porque carece de pastor!”


Gálatas 1:6-8 “Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo. Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición!”

1 Timoteo 4:1-3 “El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas. Tales enseñanzas provienen de embusteros hipócritas, que tienen la conciencia encallecida. Prohíben el matrimonio y no permiten comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes, conocedores de la verdad, los coman con acción de gracias.”

2 Corintios 11:14 “Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Por eso no es de sorprenderse que sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que merecen sus acciones.”

1 Juan 4:1-3 “Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.”

2 Pedro 2:1-2 “En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad.”

Judas 1:4-5 “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.”

2 Tesalonicenses 2:9-12 “El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal.”

Romanos 1:21-28 “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles. Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén. Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.”

Oseas 4:6, 8:11-12 “pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdote. Ya que te olvidaste de la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos... Efraín edificó muchos altares para expiar sus pecados, pero éstos se han convertido en altares para pecar. Yo podría escribirles mi ley muchas veces, pero ellos la verían como algo extraño.”

Jeremías 6:10,13-14 “¿A quiénes hablaré y advertiré, para que oigan? He aquí, sus oídos están cerrados, y no pueden escuchar. He aquí, la palabra del Señor les es oprobio; no se deleitan en ella... Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño. Y curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: "Paz, paz", pero no hay paz.”

Ezequiel 3:3, 33:11 “Me dijo: «Hijo de hombre, te voy a enviar a los israelitas. Es una nación rebelde que se ha sublevado contra mí. Ellos y sus antepasados se han rebelado contra mí hasta el día de hoy. Te estoy enviando a un pueblo obstinado y terco, al que deberás advertirle: "Así dice el Señor omnipotente." Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero al menos sabrán que entre ellos hay un profeta... Diles: "Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?"”

Jeremías 7:23-26, 8:12 “Lo que sí les ordené fue lo siguiente: Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien. Pero ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron. Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, no he dejado de enviarles, día tras día, a mis servidores los profetas. Con todo, no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que se obstinaron y fueron peores que sus antepasados... ¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada, y ni siquiera saben lo que es la vergüenza! Por eso, caerán con los que caigan; cuando los castigue, serán derribados —dice el Señor—.”

Jeremías 44:15-23 “Entonces los hombres que sabían que sus esposas ofrecían incienso a otros dioses, así como las mujeres que estaban presentes, es decir, un grupo numeroso, y todo el pueblo que vivía en la región sur de Egipto, respondieron a Jeremías:
—No le haremos caso al mensaje que nos diste en el nombre del Señor. Al contrario, seguiremos haciendo lo que ya hemos dicho: Ofreceremos incienso y libaciones a la Reina del Cielo, como lo hemos hecho nosotros, y como antes lo hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y nuestros funcionarios, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. En aquel tiempo teníamos comida en abundancia, nos iba muy bien y no sufríamos ninguna calamidad. Pero desde que dejamos de ofrecer incienso y libaciones a la Reina del Cielo nos ha faltado todo, y el hambre y la espada están acabando con nosotros. Y las mujeres añadieron: —Cuando nosotras ofrecíamos incienso y libaciones a la Reina del Cielo, ¿acaso no sabían nuestros maridos que hacíamos tortas con su imagen, y que les ofrecíamos libaciones?
Entonces Jeremías le respondió a todo el pueblo, es decir, a los hombres y mujeres que le habían contestado:
—¿Piensan ustedes que el Señor no se acuerda, o no se daba cuenta de que ustedes y sus antepasados, sus reyes y sus funcionarios, y todo el pueblo, ofrecían incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Cuando el Señor ya no pudo soportar más las malas acciones y las cosas abominables que ustedes hacían, su país se convirtió en objeto de maldición, en un lugar desértico, desolado y sin habitantes, tal como está hoy. Ustedes ofrecieron incienso y pecaron contra el Señor, y no obedecieron su voz ni cumplieron con su ley, sus preceptos y estipulaciones. Por eso en este día les ha sobrevenido esta desgracia.”

Hechos 19:25-28 “Los reunió con otros obreros del ramo, y les dijo:

—Compañeros, ustedes saben que obtenemos buenos ingresos de este oficio. Les consta además que el tal Pablo ha logrado persuadir a mucha gente, no sólo en Éfeso sino en casi toda la provincia de Asia. Él sostiene que no son dioses los que se hacen con las manos. Ahora bien, no sólo hay el peligro de que se desprestigie nuestro oficio, sino también de que el templo de la gran diosa Artemisa sea menospreciado, y que la diosa misma, a quien adoran toda la provincia de Asia y el mundo entero, sea despojada de su divina majestad. Al oír esto, se enfurecieron y comenzaron a gritar:
—¡Grande es Artemisa de los efesios!”

Nahúm 3:1, 4-5 “¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje!... a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos. ¡Aquí estoy contra ti! —afirma el Señor Todopoderoso—. Te levantaré la falda hasta la cara, para que las naciones vean tu desnudez, y los reinos descubran tus vergüenzas.”


Jeremías 3:1; 16:11-12, 19-21 “Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice el Señor... Entonces les responderás: "Esto es porque sus antepasados me abandonaron y se fueron tras otros dioses, y los sirvieron y los adoraron. Pero a mí me abandonaron, y no cumplieron mi ley —afirma el Señor—. Pero ustedes se han comportado peor que sus antepasados. Cada uno sigue la terquedad de su corazón malvado, y no me ha obedecido... Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia: desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones, y dirán: «Sólo mentira heredaron nuestros antepasados; heredaron lo absurdo, lo que no sirve para nada. ¿Acaso puede el hombre hacer sus propios dioses? ¡Pero si no son dioses!» Por eso, esta vez les daré una lección; les daré a conocer mi mano poderosa. ¡Así sabrán que mi nombre es el Señor!”


Zacarías 7:11-12 “Pero ellos se negaron a hacer caso. Desafiantes volvieron la espalda, y se taparon los oídos. Para no oír las instrucciones ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor Todopoderoso había enviado con su Espíritu, endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el Señor Todopoderoso se llenó de ira.”


2 Crónicas 36:15-16 “Por amor a su pueblo y al lugar donde habita, el Señor, Dios de sus antepasados, con frecuencia les enviaba advertencias por medio de sus mensajeros. Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, tenían en poco sus palabras, y se mofaban de sus profetas. Por fin, el Señor desató su ira contra el pueblo, y ya no hubo remedio.”


Zacarías 1:4 “No sean como sus antepasados, a quienes les proclamaron los profetas de antaño que así dice el Señor Todopoderoso: Vuélvanse de su mala conducta y de sus malas prácticas. Porque ellos no me obedecieron ni me prestaron atención —afirma el Señor—.”

2 Reyes 17:14, 40-41 “Con todo, no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como lo habían sido sus antepasados, que no confiaron en el Señor su Dios… persistieron en sus antiguas costumbres. Aquellos pueblos adoraban al Señor, y al mismo tiempo servían a sus propios ídolos. Hasta el día de hoy sus hijos y sus descendientes siguen actuando como sus antepasados.”

1 Corintios 10:5-7 “Sin embargo, la mayoría de ellos no agradaron a Dios, y sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Todo eso sucedió para servirnos de ejemplo, a fin de que no nos apasionemos por lo malo, como lo hicieron ellos. No sean idólatras, como lo fueron algunos de ellos…”


Zacarías 13:1-2 “En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén. En aquel día arrancaré del país los nombres de los ídolos, y nunca más volverán a ser invocados —afirma el Señor Todopoderoso—. También eliminaré del país a los profetas y la impureza que los inspira.”

Ezequiel 36:25-27, 44:23 “…Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías. Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes... Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio.”

Isaías 30:21-22 “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás.”

Jeremías 14:7, 20-21 “Aunque nuestras iniquidades nos acusan, tú, Señor, actúas en razón de tu nombre; muchas son nuestras infidelidades; ¡contra ti hemos pecado!... Reconocemos, Señor, nuestra maldad, y la iniquidad de nuestros padres; ¡hemos pecado contra ti! En razón de tu nombre, no nos desprecies; no deshonres tu trono glorioso. ¡Acuérdate de tu pacto con nosotros! ¡No lo quebrantes!”

Josué 24:14 “Por lo tanto, ahora ustedes entréguense al Señor y sírvanle fielmente. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron al otro lado del río Éufrates y en Egipto, y sirvan sólo al Señor.”

Isaías 45:20-22 “Reúnanse, fugitivos de las naciones; congréguense y vengan. Ignorantes son los que cargan ídolos de madera y oran a dioses que no pueden salvar. Declaren y presenten sus pruebas, deliberen juntos. ¿Quién predijo esto hace tiempo, quién lo declaró desde tiempos antiguos ¿Acaso no lo hice yo, el Señor? Fuera de mí no hay otro Dios; Dios justo y Salvador, no hay ningún otro fuera de mí. Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.”

Apocalipsis 15:4 “¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.”

La palabra de Dios habla por sí misma. Si en realidad creemos en Cristo Jesús, escuchemos sus palabras:

Mateo 7:15 “[Jesús] Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.”

Mateo 24:11-14, 24 “[Jesús] En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo... Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos.”

Juan 4:23 “[Jesús] Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.”

Lucas 11:27-28 “Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer de entre la multitud exclamó:
—¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamantó! —Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.”

Mateo 12:47-50 “Alguien le dijo:
—Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo.
—¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? —replicó Jesús. Señalando a sus discípulos, añadió:
—Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.”

Mateo 7:21 “[Jesús] No todo el que me dice: "Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.”

Mateo 10:33-39 “[Jesús] Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”

Lucas 6:22-26 “[Jesús] Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas. Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.”

Juan 14:6-7 “Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.”

Juan 15:10 “[Jesús] Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.”

Mateo 22:34-40 “"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente"—le respondió Jesús—. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: "Ama a tu prójimo como a ti mismo."”

Mateo 6:7 “[Jesús] Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.”


Cuando oremos, hay que alabar, dar gracias, arrepentirnos y confesar, y hacer peticiones de nuestra propia manera- al ser guiados por el Espíritu Santo. Sigamos los ejemplos en las Escrituras: de Jesús en Juan 17, de David en 1 Crónicas 17, de Salomón en 1 Reyes 3, de Nehemías en Nehemías 1, entre otros.


Salmo 149:1 “¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Canten al Señor un cántico nuevo, alábenlo en la comunidad de los fieles.”

Romanos 8:26-27 “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.”

¿Por qué insistimos tanto en tener imágenes y cosas materiales? ¿En depender de cosas que se ven?

Colosenses 3:2 “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra”

2 Corintios 4:18, 5:7 “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno... Vivimos por fe, no por vista.”

Hechos 17:24-31 “El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, "puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos". Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: "De él somos descendientes." Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano. Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos.”


Hechos 7:48-51 “Sin embargo, el Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas. Como dice el profeta: "El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué clase de casa me construirán? —dice el Señor—. ¿O qué lugar de descanso? ¿No es mi mano la que ha hecho todas estas cosas?" ¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!”

Jesús es todo lo que necesitamos para ser salvados de condenación. Todo el que dice que tu salvación depende de algo más, simplemente dice: “el sacrificio de Jesús no fue suficiente para salvarte”. ¿Acaso necesitamos a un mediador para llegar al mediador?


Hebreos 6:19-20 “Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre...”


1 Timoteo 2:4-6 “Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos.”


Marcos 2:5-7 “Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico:

—Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Estaban sentados allí algunos maestros de la ley, que pensaban: «¿Por qué habla éste así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?»”

Hebreos 7:23-8:2 “Ahora bien, como a aquellos sacerdotes la muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones, ha habido muchos de ellos; pero como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero. Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos. Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos. A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo. De hecho, la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero el juramento, posterior a la ley, designa al Hijo, quien ha sido hecho perfecto para siempre. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, aquel que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo, el que sirve en el santuario, es decir, en el verdadero tabernáculo levantado por el Señor y no por ningún ser humano. ”


Romanos 8:33-34 “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”


1 Juan 2:1 “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”


Salmo 51:1-7 “Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable. Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre. Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría. Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.”

El amor de Dios es puro y perfecto, nada que hagamos va a hacer que nos ame más o menos. Las obras no son pues, hechas para salvación como una lista de supermercado, sino hechas por amor a Dios, siendo evidencia de que el Espíritu Santo esta en nosotros y fruto de nuestra salvación, las cuales hacemos para sentir y vivir su amor.


Efesios 2:4-10 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.”


Gracia: Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita.

Romanos 3:22-24 “Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.”

Romanos 9:30-32; 10:3-4 “¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo»... Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”

Tito 3:4-6 “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador”

¿En realidad conocemos a Jesús? ¿Qué es la fe?


Hebreos 11:1, 6 “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve… En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.”


Romanos 10:17 “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.”

Santiago 1:3-4 “Pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.”

2 Corintios 13:5 “Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!”

1 Timoteo 1:5 “El propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, de buena conciencia y fe no fingida.”

No es suficiente saber que Cristo Jesús es el hijo de Dios y que murió por nuestros pecados. Hay que poner a prueba nuestra fe: arrepintiéndonos de dirigir nuestra propia vida e invitándolo personalmente a que tome el volante, en obediencia dependiendo y confiando totalmente en que Él nos transforme en las personas que Él quiere que seamos, dándole gracias personalmente por su obra y por darnos la vida eterna, aceptando su vida y su muerte por la nuestra. Ahora pues, hagamos por entregarnos a Jesús, así como Él se entregó por nosotros. Sabremos que la entrega es verdadera cuando Él se convierta en nuestro tesoro más preciado, es decir, nuestra comunión con Dios, no las cosas que recibimos de Él, sino Él mismo, pues fuimos creados para conocer a Dios y tener eterna comunión con Él.


Juan 5:24-25 “[Jesús] Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. Ciertamente les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.”

Hechos 4:11-12 “Jesucristo es "la piedra que desecharon ustedes los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular". De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.”


Apocalipsis 3:15-17, 19-20 “[Jesús] Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo... Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.”


Juan 1:12 “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.”


Romanos 8:17 “Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.”


Lucas 14: 25-27 “Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.”


¿A dónde va un hombre que carga su cruz? A su muerte.


Juan 3:3-6 “—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.
—¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
—Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: "Tienen que nacer de nuevo."”

Romanos 6:5-7 “Si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, porque, el que ha muerto ha sido justificado del pecado.”


2 Corintios 5:15-6:2 “Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios. Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice: «En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé.»

Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!”

2 Corintios 7:10 “La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.”

Filipenses 3:8-9 “Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él.”

1 Pedro 1:23 “Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.”

Santiago 4:7-10 “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón! Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza. Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.”

Al intercambiarnos con Jesús, recibimos su rectitud a cambio de nuestro pecado, lo que permite que tengamos comunión con Dios. Esto es justificación, el estar como si nunca hubiéramos pecado, que es libertad de toda condenación y culpa, y así el Espíritu Santo y la vida eterna. Ésta es la salvación que no se puede perder.

Efesios 1:11-14 “En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.”

1 Juan 3:24 “El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.”

Romanos 8:14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

2 Corintios 1:21-22 “Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió, nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.”

Juan 6:37 “[Jesús] Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.”

1 Juan 5:8-12 “Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.”


Romanos 8:1-2 “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.”


Seamos liberados pues, mediante la obra de Jesús, de toda religión, de todas las reglas de los hombres, teniendo fe en Él, y no en instituciones. Abramos los ojos a la bendición de la libertad que Jesús nos brinda al hacer morir con él la maldición de la ley (el legalismo, el tener que hacer para ser salvo), algo que el mundo quiere tanto esconder, para mantenernos en esclavitud.


Juan 11:47-48 “Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron a una reunión del Consejo. —¿Qué vamos a hacer? —dijeron—. Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, y vendrán los romanos y acabarán con nuestro lugar sagrado, e incluso con nuestra nación.”


Gálatas 4:8-10 “Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, eran esclavos de los que en realidad no son dioses. Pero ahora que conocen a Dios —o más bien que Dios los conoce a ustedes—, ¿cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?”


1 Corintios 7:22-23 “Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo. Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie.”


Gálatas 3:10-14 “Todos los que viven por las obras que demanda la ley están bajo maldición, porque está escrito: «Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley.» Ahora bien, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque «el justo vivirá por la fe». La ley no se basa en la fe; por el contrario, «quien practique estas cosas vivirá por ellas». Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero.» Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.”

Hebreos 7:18-19 “Por una parte, la ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz, ya que no perfeccionó nada. Y por la otra, se introduce una esperanza mejor, mediante la cual nos acercamos a Dios.”

Hebreos 2:14-15 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.”

Gálatas 2:16, 20-21 “Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado… He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano.”

Juan 1:17 “Pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.”

Gálatas 3:2-5 “Sólo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? ¿Tanto sufrir, para nada? ¡Si es que de veras fue para nada! Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje?”


Gálatas 5:1,4,6b “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud… Aquellos de entre ustedes que tratan de ser justificados por la ley, han roto con Cristo; han caído de la gracia... lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.”

Marcos 7:4-9, 13 “Así que los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron a Jesús:

—¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los ancianos, en vez de comer con manos impuras?
Él les contestó:
—Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, hipócritas, según está escrito:
"Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas."
Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas.
Y añadió:
—¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado los mandamientos de Dios para mantener sus propias tradiciones!... Así, por la tradición que se transmiten entre ustedes, anulan la palabra de Dios...”

Colosenses 2:8, 16-23 “Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo… Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Que nadie os prive de vuestro premio haciendo alarde de humildad y de dar culto a los ángeles (metiéndose en lo que no ha visto), hinchado de vanidad por su propia mente carnal, pero no unido a la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: «No uses», «No comas», «No toques»? Todos estos preceptos son solo mandamientos y doctrinas de hombres, los cuales se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, pues exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”


Gálatas 1:10 “¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.”

Gálatas 5:16-25 “Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren. Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley. Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.”


1 Pedro 1:18-21 “Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto. Cristo, a quien Dios escogió antes de la creación del mundo, se ha manifestado en estos últimos tiempos en beneficio de ustedes. Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y glorificó, de modo que su fe y su esperanza están puestas en Dios.”

Vivimos teniendo una relación personal con Dios, donde buscamos constantemente mayor intimidad. Ésta intimidad se aumenta y se basa en el amor- en la obediencia y en la pureza del corazón. La santidad pues, no es un título dado por los hombres, sino es un llamado de Dios para todos sus hijos e hijas, que forman la iglesia, el cuerpo de Cristo. La santificación es consecuencia de la justificación.


Gálatas 3:26 “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús”

1 Pedro 1:13-16 “Por eso, dispónganse para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo. Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»”


Juan 17:17 “[Jesús ora al Padre sobre nosotros] Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”


1 Tesalonicenses 4:7-8 “Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo.”


1 Juan 2:4-6 “El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió.”


1 Corintios 1:2 “…a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros”

Éxodo 19:6 “Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”

Apocalipsis 5:9-10 “…porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.”


1 Pedro 2:5-9 “También ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. Así dice la Escritura: «Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado.» Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos, «la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular», y también: «una piedra de tropiezo y una roca que hace caer.» Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados. Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.”


Efesios 1:22-23 “Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. Ésta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.”

Colosenses 1:25-26 “De ésta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes: el dar cumplimiento a la palabra de Dios, anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a sus santos.”


Colosenses 1:18-23 “Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero. Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz. En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte, con tal de que se mantengan firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Éste es el evangelio que ustedes oyeron y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.”


Efesios 2:19-22 “Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu.”

Efesios 4:11-13 “Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.”

Hermanos, no despreciemos la gracia que el Señor nos ha dado en Jesucristo. Aprendamos a escuchar la voz de nuestro pastor. Hagamos el esfuerzo para buscarlo y conocerlo por nuestra cuenta, y no dejemos que nadie nos guíe ciegamente. No nos conformemos en nuestro conocimiento, pues Él se merece toda nuestra atención. Jesús es mucho más de lo que el mundo lo distorsiona a ser. Eduquémonos en toda la palabra de Dios- la viva palabra de Dios que nos habla directamente a cada uno de nosotros. Dios es el maestro de maestros.

Juan 10:27-28 “[Jesús] Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.”


1 Juan 2:26-27 “Estas cosas les escribo acerca de los que procuran engañarlos. En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó.”

Busquemos compañerismo y comunidad, donde podamos en verdad compartir nuestra fe, donde podamos madurar espiritualmente. Comprometámonos con el bien espiritual propio, de nuestros hermanos, casas, de nuestra ciudad y nación.


Filipenses 3:12-14 “No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.”


Colosenses 3:16 “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.”

1 Timoteo 2:15 “Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.”


Hebreos 3:12-13; 10:24-25 “Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado... Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.”

1 Tesalonicenses 5:14-15 “Hermanos, también les rogamos que amonesten a los holgazanes, estimulen a los desanimados, ayuden a los débiles y sean pacientes con todos. Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos.”

Tito 2:11-15 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”

Romanos 8:28-30 “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.”

Juan 16:33 “[Jesús] Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”

Jeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”


1 Corintios 2:9 “Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado,

ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.”

Si después de ser iluminados por la palabra de Dios decidimos aferrarnos y seguir con lo mismo, no nos sorprendamos si el Señor voltea su cara y somos llenados de confusión y miedo.


Juan 9:39-41; 15:22 “[Jesús] Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.— Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: —¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?- Jesús les contestó: —Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece... Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.”


Lucas 12:47-48 “[Jesús] Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo, recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aun más.”


Hebreos 10:39 “Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida.”


Salmo 95:7-9 “Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos un rebaño bajo su cuidado! Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón, como en Meribá, como aquel día en Masá, en el desierto,
cuando sus antepasados me tentaron, cuando me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis obras.”

2 Pedro 1:5-11 “Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”


Hebreos 13:8-9 “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. No se dejen llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas. Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.”


1 Juan 5:19-21 “Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno. También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna. Queridos hijos, apártense de los ídolos.”


Santiago 1:21-22 “Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida. No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.”


Hebreos 12:2 “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”


Romanos 13:11 “Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos.”


2 Crónicas 7:14 “si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.”


Colosenses 1:3-6 “Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad…”


Salmo 40:3, 8-10, 16 “Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor... Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.» En medio de la gran asamblea he dado a conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad... Pero que todos los que te buscan se alegren en ti y se regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: «¡Cuán grande es el Señor!» ”


Efesios 3:14-21 “Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amen.”

2 comentarios:

  1. hola saludos desde colombia... pero quede como confundido a ke iglesia perteneces???

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  2. pues era catolico, ahora solo trato de ser un buen discipulo de Cristo

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